Hubo una tarde, hace ya mucho tiempo, que vi a mi abuelo
comiendo una cosa oscura dividida en pequeños cuadraditos. Mi curiosidad me
hizo acercarme y pedirle un trozo. Era un aperitivo dulce y que estaba muy
rico. Desde entonces me familiaricé con su nombre: chocolate.
Hasta ese día no sabía que en casa de mi papá también había
chocolate, nunca lo había comido con él y si no llega a ser por mi abuelo ese
descubrimiento se hubiera retrasado mucho más tiempo. Pese a que es prácticamente
inevitable en cualquier niño, él es de la opinión que cuanto más tarde lo
hubiera probado, mejor.
Chocolate con leche o chocolate blanco, esa es la cuestión |
Tabletas, huevos Kinder, barritas Kinder, Lacasitos… Desde
ese momento se abrió la veda y si por mí fuera comería chocolate a todas horas,
pero mi papá no me deja por más que me pongo pesado.
Mis visitas a la nevera son constantes y en cuanto la veo
abierta dejo muy claro que lo quiero, pero le da igual que llore y me entre una
pataleta. Poco a poco ha ido reduciéndome la cantidad y sólo me deja comer una barrita
de Kinder o dos onzas de chocolate al día, aunque esporádicamente también me da
Lacasitos. Y nada, que no hace caso a mis berrinches, así que voy a tener que cambiar la fórmula...
¿Qué hacen los demás papás al respecto? ¿Chocolate sí o no?
Jajaja. Coquito descubrió ese placer cuando cumplió justo dos años y le encantó!! cómo no claro...
ResponderEliminarPero ahora vuelve a pasar de él la mayoría de las veces.
Hay que racinalizarlo porque yo veía que a Coquito le quitaba el sueño y eso no nos lo podemos permitir!! jej
Yo quería haberlo pospuesto lo máximo posible, pero no me dejaron. Supongo que al final es inevitable jejeje. A este no hay nada que le quite el sueño, pero no me gusta que coma mucho, así que con una ración diaria es suficiente. Y si merienda Nocilla ese día ya no hay nada más.
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