domingo, 19 de julio de 2015

Maldito placer dulce

Hubo una tarde, hace ya mucho tiempo, que vi a mi abuelo comiendo una cosa oscura dividida en pequeños cuadraditos. Mi curiosidad me hizo acercarme y pedirle un trozo. Era un aperitivo dulce y que estaba muy rico. Desde entonces me familiaricé con su nombre: chocolate.

Hasta ese día no sabía que en casa de mi papá también había chocolate, nunca lo había comido con él y si no llega a ser por mi abuelo ese descubrimiento se hubiera retrasado mucho más tiempo. Pese a que es prácticamente inevitable en cualquier niño, él es de la opinión que cuanto más tarde lo hubiera probado, mejor.

Chocolate con leche o chocolate blanco, esa es la cuestión


Tabletas, huevos Kinder, barritas Kinder, Lacasitos… Desde ese momento se abrió la veda y si por mí fuera comería chocolate a todas horas, pero mi papá no me deja por más que me pongo pesado.

Mis visitas a la nevera son constantes y en cuanto la veo abierta dejo muy claro que lo quiero, pero le da igual que llore y me entre una pataleta. Poco a poco ha ido reduciéndome la cantidad y sólo me deja comer una barrita de Kinder o dos onzas de chocolate al día, aunque esporádicamente también me da Lacasitos. Y nada, que no hace caso a mis berrinches, así que voy a tener que cambiar la fórmula...


¿Qué hacen los demás papás al respecto? ¿Chocolate sí o no?

2 comentarios:

  1. Jajaja. Coquito descubrió ese placer cuando cumplió justo dos años y le encantó!! cómo no claro...
    Pero ahora vuelve a pasar de él la mayoría de las veces.
    Hay que racinalizarlo porque yo veía que a Coquito le quitaba el sueño y eso no nos lo podemos permitir!! jej

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    1. Yo quería haberlo pospuesto lo máximo posible, pero no me dejaron. Supongo que al final es inevitable jejeje. A este no hay nada que le quite el sueño, pero no me gusta que coma mucho, así que con una ración diaria es suficiente. Y si merienda Nocilla ese día ya no hay nada más.

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