- Hugo, hoy no te puedo coger porque tengo pupa en el brazo, ¿vale?
- Vale.
(Media hora después Hugo se duerme en el autobús y yo le cojo a duras penas para bajarle, pero en el camino hacia casa abre el ojo)
- Pero, papá, ¿no me has dicho que no me puedes coger?
- Sí, pero estabas dormido y no me quedaba otra.
- Pues ya estoy despierto, así que bájame porque tienes una pupa y te duele.
(Espero que me cuide igual cuando sea viejo y esté (más) cascado y decrépito...)